Con el lema “Llamados a SER”, nos encontramos alrededor de 30 hermanos de +70 años de la Provincia de América Central, para profundizar en esta etapa de nuestra vida. Al igual que en el reciente Encuentro de Animadores de Comunidad, nos ha acompañado, de manera maravillosa, con mucha ternura, pero con mucha sinceridad, Vicky Irigaray.
“Envejecer es obligatorio, pero crecer es opcional”. Con esta frase, Vicky nos llama a seguir siendo fecundos en esta etapa. Podemos vivir muchos años… pero el reto es vivirlos bien. Y esto no se improvisa. El bienestar interior es más importante que el físico. Por eso nos toca reubicarnos constantemente y nunca detenernos.
Dos objetivos nos fueron propuestos por Vicky:
- Reflexionar sobre qué entendemos por envejecimiento saludable. Tomar conciencia de las actitudes que faciliten la adaptación a los cambios con ilusión, no con resignación.
- Retomar la llamada recibida que ha dado sentido a nuestra vida.
Estos tres días de reflexión nos han ayudado a tomar mayor conciencia de lo que es envejecer y cómo aprender a hacerlo. La clave es la capacidad de adaptación para incorporar, integrar a nuestra vida todo cuanto acontece, ya sea gratificante o frustrante. Toca preguntarse, una vez más, desde dónde vivo o he vivido, en dónde he puesto o pongo el acento. En definitiva, qué me sostiene. Es una oportunidad de mirar la propia vida desde otra perspectiva. Lo importante no debe cambiar, debe resituarse, recontextualizarse en su expresión. Al perder el “hacer” se puede perder la identidad.
Tres ideas importantes a tomar en cuenta:
- Envejecer es cambiar, prepararse para adaptarse a los cambios.
- No envejecen a la vez el cuerpo y la mente.
- Perder el interés de lo que nos rodea acelera el proceso de envejecimiento.
Se puede cambiar cuando tenemos: ilusión por algo que nos interesa, deseos por conseguirlo y confianza en que podemos hacerlo. Es una llamada a seguir viviendo la vida como un proyecto que se desea seguir desarrollando.
En una dinámica de adaptación constante deberemos asumir la edad que tenemos, no aferrarnos al pasado, no echar la culpa a los demás, estar en constante conexión con la realidad que nos rodea… y no huir de Dios.
Como hermanos mayores, necesitamos sentirnos valorados y reconocidos. Estamos llamados a ser fecundos y seguir generando vida. Nos comprometemos a ser especialistas en la escucha, unos para otros; a desarrollar la positividad, la caricia… Para ello, todos tenemos que seguir reconciliándonos con nuestra propia vida, cerrando heridas, sanando… Querernos y acogernos con luces y sombras. Toca “pasar página” y no quedarnos “centrifugando”. Amar nuestra fragilidad y verla como aliada y no como enemiga.
Gracias, Vicky, por ayudarnos con tus palabras y con tu experiencia de vida, a aceptar con positividad esta etapa en la que nos encontramos, y a tomar conciencia que podemos seguir dando un aporte maravilloso en nuestras comunidades. Que siempre “intentemos”, y veamos “posibilidades” y no dificultades.
