«No puedo ver a un niño o a un joven sin sentir profundas ganas de gritarle lo hermoso que es vivir y el gran amor que el Padre Dios nos tiene.» – San Marcelino Champagnat
El estilo educativo Marista no es solo un modelo pedagógico, sino también una filosofía de vida. Surgido de la visión y pasión de San Marcelino Champagnat, fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas en Francia en 1817, este enfoque busca más que la mera instrucción académica. Su misión es formar individuos íntegros, imbuidos de los valores del Evangelio y comprometidos con la sociedad.
Características Destacadas del Estilo Educativo Marista:
- Educación Integral: No solo se centra en el intelecto, sino que aspira al desarrollo armónico de cada individuo en sus facetas física, emocional, espiritual y mental.
- Prioridad a la Infancia y Juventud: La atención se dirige especialmente hacia aquellos niños y jóvenes más vulnerables, evidenciando un compromiso genuino con el futuro.
- Formación en Valores: No solo se trata de adquirir conocimientos, sino de cultivar valores esenciales como la solidaridad, la justicia, el respeto, la honestidad y la responsabilidad.
- Aprendizaje Experiencial: Más allá de las aulas, se valora la experiencia, el trabajo colaborativo y la participación activa del estudiante en su proceso de aprendizaje.
- Educación para la Vida: El objetivo es preparar a los estudiantes para enfrentar con resiliencia y sabiduría los desafíos de la vida, equipándolos con habilidades y herramientas valiosas.
- Espiritualidad Marista: A través de este enfoque, los estudiantes se conectan con los valores y principios del Evangelio, viviendo la espiritualidad marista en su día a día.
Hoy en día, el estilo educativo Marista se implementa en colegios e instituciones educativas alrededor del mundo, y ha probado ser un sistema eficiente para formar individuos conscientes de su papel en la sociedad y firmemente arraigados en valores éticos y morales.
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