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“El fruto del silencio es la oración y servir con alegría a los otros”

Reseña de Retiro Provincial de Hermanos y Laicos.

Al finalizar el año escolar fui invitada por la Comisión de Catequesis a participar del “Retiro Provincial El Salvador 2022” con el lema: “Silencio y Contemplación”, el cual se llevó a cabo del 25 al 30 de noviembre de 2022, en la casa La Hermitage.

Cuyos objetivos eran:

  • Disfrutar de espacios personales de silencio y contemplación.
  • Situar la importancia del silencio en el contexto de la sensibilidad actual, además de nuestras fuentes eclesiales y maristas.
  • Crecer en el silencio y la contemplación desde Jesús y el Evangelio.
  • Ser más conscientes de cómo vivir el silencio y la contemplación desde la cotidianeidad.
  • Percibir y vivir la presencia de Dios al estilo de Marcelino Champagnat.

 

Dirigido por el Hno. Xavier Barceló del que no conocía y estoy profundamente agradecida por toda su entrega y tiempo compartido y el Hno. Provincial Hipólito Pérez.

Fue un tiempo para desconectarse de nuestras labores diarias, permanecer en silencio por unos días me permitió experimentar desde la conciencia el ser capaz de “estar” y hacerme la pregunta con mayor profundidad ¿quién soy? ¿qué estoy haciendo? el dejar de pensar mucho me permitió también meditar y contemplar mi entorno desde la mirada amorosa de Dios.

En la capilla Iniciamos con la oración de contemplación, luego la iluminación del día, con la intervención del Hno. Xavier que nos ayudó a centra el día y en la que no hizo ver que nadie está excluido a vivir la experiencia.

Luego tiempo de silencio y meditación, descanso personal que era tomar algo de refrigerio y continuar meditando y en silencio, a continuación, el almuerzo, fue curioso que en los tiempos de comida todos los miembros debíamos estar en silencio, algo que valoré y me enriqueció, a las tres de la tarde nuestro encuentro con María, el cual destaco mucho y que las mujeres laicas lo llevamos en estos días.  A continuación, estaba Escuela de contemplación, talleres con una explicitación sobre los temas como la meditación silenciosa, la oración centrante, la reconciliación, y el silencio en la ciudad.

A continuación, se tenía la reunión donde se compartía en pequeños grupos llamados fraternidad, cada miembro exponía lo que más había vivido, o llamado la atención, a través del tema, una lectura bíblica o los documentos proporcionados por el H. Provincial que nos ayudaron a vivir mejor la experiencia del día. Después venía la eucaristía, momento de encuentro y en el que destaco que el Sacerdote fue muy certero en sus homilías y nos llamó mucho más a tomar conciencia de nuestra persona y de nuestro papel como consagrados y como laicos. Terminando en la noche con la oración de silencio con María.

¿Qué concluyo? que soy un ser amado y que toda persona es un don, que todo lo creado es una gracia y una gracia de un Dios que ama, que siempre habita dentro de todos. Que todas las personas son cuerpo, mente, espíritu y alma; que el silencio me permite estar conmigo misma. He descubierto que en la fecundidad del silencio, meditación y contemplación Dios me mira y yo lo miro, que ambos no decimos nada, porque con su presencia Él dice todo. Y que un aparente no hacer nada, es posible el todo. Que en la cotidianidad y quietud su presencia siempre es activa y fecunda.

Que muchos hermanos que nos precedieron este año y están ya en la casa del Padre, vivieron en silencio y fecundidad su vida entregada al Señor, a María, Hermanos, sirviendo a los otros al estilo Champagnat.

Mi gratitud a los hermanos por este tiempo de gracia y que experimenté con gozo, del que no llevaba expectativas sino el de vivir a tope. A todas las personas que hicieron posible este encuentro, al personal de alimentos que nos ofreció con alegría y servicio, al personal de mantenimiento con su disponibilidad y sonrisa atenta.

“El fruto del silencio es la oración y servir con alegría a los otros”

A Jesús, María y Champagnat, infinita gratitud.

Patricia Elena de August
Laica marista

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